El choclo y el oso polar

 

Hace unos días rodó por redes sociales el video de un oso polar agonizante en busca de comida. Es un animal majestuoso, blanco, grandote que disfruta cazando y comiendo en territorio del Polo Norte. Hoy en día está en riesgo de extinción a causa del derretimiento de los polos, a causa calentamiento global, a causa del capitalismo. Ver video.

Hace tres meses, a miles de kilómetros de distancia, en el corazón del trópico, un grupo de indígenas nasa sembraron una hectárea de maíz. Hoy ya es choclo, maíz tierno. La comunidad se ha reunido para cosecharlo y preparar sancocho de mote tierno y envueltos de choclo. Al son de la música de Radio Payumat y otras músicas el día ha sido festivo, especial.

Moliendo choclo para los envueltos.

Este grupo de indígenas son liberadores y liberadoras de la Madre Tierra y el lugar es la aldea de liberación La emperatriz, que justamente dentro un mes cumplirá tres años de haber entrado en esta hacienda, ancestralmente territorio nasa. La historia del Cauca es la historia de la liberación de la Madre Tierra.

La labor es sencilla: tumbar caña para sembrar comida o para dejar enmontar. La caña acá está sembrada a escala industrial para producir agrocombustibles y azúcar. Son unas 250 mil hectáreas sembradas de caña en la región. Para eso han tenido que destruir una selva tropical del mismo tamaño a lo largo de los últimos dos siglos. Allí la vida se extinguió. Solo hay caña. Por eso la lucha de la liberación de la MT es directamente contra el capitalismo, causante de la extinción del oso polar, causante de la sexta extinción masiva.

Liberar la Tierra para restablecer los ecosistemas. Es una tarea ardua y dolorosa porque durante estos tres años la fuerza pública del estado colombiano ha asesinado a tres y herido a cientos de nasas.

Envuelto listo para degustar.

Al mismo tiempo es una tarea gratificante. Se come sancocho y envueltos de choclo a doscientos metros de donde la policía de Colombia hace labores de vigilancia privada al servicio de los hacendados y de Incauca, dueños de la caña que destruye la Madre Tierra para producir azúcar y agrocombustibles.

En La Emperatriz van tres años de tumbar caña y sembrar comida. Para que el oso polar siga existiendo. Solo será posible si cada rincón del planeta es un lugar donde se libera la Madre Tierra.

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