El estado es contratista de Ardila Lulle

Y Duque ejecuta órdenes de Lafaurie.

Cerca de 1500 esmad, ejército, policía y corteros de Incauca realizaron el rutinario intento de desalojo en las fincas en proceso de liberación en Corinto. Destruyeron todo lo que encontraron a su paso y se marcharon. Lo habitual. Al final, la liberación quedó dueña de su honor y su tierra.

Hacia las 9 de la mañana llegaron en camiones, acompañados de tanquetas y tractores. Álvaro Saa, un civil ‘propietario’ de la hacienda García Arriba –con su trabajador alias Pelusa– se movió todo el tiempo entre el esmad, conduciendo el operativo. Atacaron simultáneamente en los cinco puntos de liberación de Corinto, dañaron cambuches y cultivos de tomate, plátano, maíz y yuca, lanzaron gas con sus nuevas armas de dotación y quemaron un bosque de guadua. Robaron patos y gallinas, signo de que el sueldo es bajo y el costo de vida muy alto. Vienen a dotarse de carne en la liberación de la Madre Tierra. Al final, una víctima fatal: Panchito, un marrano en engorde para diciembre no aguantó la tristeza y dejó de respirar horas después del operativo.

 Liberador apaga incendio causado por el esmad.

En medio del operativo la liberación logró retener a un civil, Edgar Alirio Álvarez. Al interrogarlo se conoció que es contratado por Incauca, al igual que otros civiles, para transportar al esmad de un lugar a otro antes y después de los operativos. Por este viaje le pagan 450.000 pesos. En medio de los enfrentamientos del desalojo un camión resultó quemado, del cual se responsabiliza al estado y a Incauca, financiadores y ejecutores de los planes de represión contra la liberación. El señor Edgar Alirio manifestó desconocer los riesgos y las intenciones de los operativos.

Queda claro, entonces, que Incauca contrata civiles para transportar “fuerza pública” que realiza operativos con dineros públicos para cuidar intereses privados. Que la empresa privada contrate civiles es sabido. Ahora se sabe que el estado colombiano es contratista de Ardila Lulle. Sin atenerse a papeleos. O quién sabe.

Incauca y Asocaña difundieron en redes que al señor retenido se le había secuestrado y estaba herido con machete. La liberación hizo entrega de Álvarez a la personería municipal y la Cruz Roja de Corinto a las cinco de la tarde, como consta en el acta firmada (ver acta abajo). Previamente un funcionario de la Cruz Roja hizo el chequeo médico correspondiente y el señor Edgar Alirio manifestó no haber sido víctima de maltrato. La liberación conserva en sus archivos el interrogatorio.

Esta vez, al igual que en desalojos como el del 18 de abril en Vista Hermosa, la mano de obra de los corteros de caña de Incauca fue utilizada para destruir ranchos y cultivos. A los corteros les hemos dicho: no se pongan del lado de quienes los esclavizan. Luchen por sus derechos y si no está en su corazón apoyar la liberación de la Madre Tierra no se dejen usar para atacarnos.

En la última semana ya van tres operativos de desalojo: el 17 en Vista Hermosa, el 19 en Canaima y el 25 y 26 de octubre en Corinto. Hace unos días contamos que José Felix Lafaurie, presidente de Fedegán, quien confesara en 2006 haber financiado de grupos paramilitares, había emplazado al presidente Duque a defender a los propietarios de los ingenios azucareros o sino lo harían “otros”. Duque recibe la orden y decide ejecutarla. Esto explica el incremento de los intentos de desalojo. Gente como los Bernal Seijas, ‘propietarios’ de Canaima, masacradores de 20 indígenas nasas en 1991, reciben el respaldo del estado colombiano.

A la 1 de la tarde los esmad, policías, soldados y corteros regresan a sus cuarteles y las liberadoras y liberadores a las labores dentro de las fincas en proceso de liberación. Los ejércitos vienen y se van, los sueños de la liberación permanecen intactos.

Proceso de liberacion de la Madre Tierra

Pueblo nasa, norte del Cauca, Colombia.

Acta de entrega del señor Edgar Alirio Álvarez a la personería y Cruz Roja de Corinto.

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