Todos Somos semilla – 5ª minga de comunicación

Dicen todos ellos que somos semilla. Dicen todos que la tierra es nuestra, de todos. Dicen también que está abonada, su color ya tiene pigmentos de alegría, amor y calor. Yo les creo, no hay porque no hacerlo si cada uno sí es semilla, si esta tierra sí es tuya y mía, si ese abono y ese color es el de mis hermanos.

Estas letras las escribe una persona que vino con muchos pensamientos en la cabeza y espera irse con muchos más. Entre las cosas que traía estaba la idea de la comunidad, un poco engañado por la comodidad. Entendía la comunidad como un simple “hacer todo juntos”, como un rebaño. Estaba equivocado. Está bien pensar en comunidad pero antes de hacerlo hay que inquietarnos por el individuo y su autonomía para pensar y actuar. Así de múltiples actitudes, experiencias, saberes y quereres tejeremos una amplia red que lo cubra todo, que se extienda por campos y bosques, suba las montañas y serpentee sobre la corriente del río, y nos muestre las diferencias, virtudes y semejanzas de cada uno como de todos ¿Cómo podremos vivir y convivir con el otro si aún no lo hacemos con nosotros mismos, en nuestra intimidad o con nuestros más cercanos? Cada persona, en su familia, en su comunidad, es la primera base de cualquier movimiento. Sin cada uno de ustedes es imposible algo más grande. Somos semillas.

Yo siento vergüenza con todos ustedes, con cada uno de ustedes, porque todos los que me dicen, hacen y yo perplejo solo miro…hay que hacer. Entonces como hay que hacer yo les quiero compartir esto que es mi hacer. El escribir es mi herramienta y yo se las comparto tal cual como ustedes me comparten sus saberes y sentires con ese amor fraternal del hermano o de la madre.

BOSQUE MAGICO. Martes, 10:46 PM.

Es bueno iniciar a escribir en un lugar desconocido. Sorprendente. Se llama bosque mágico, está cerca de Santander de Quilichao, norte del Cauca. Mi compañera dice que nunca había bajado tanto. Hay que bajar más. Yo no distingo entre el Valle del Cauca y el Cauca, aunque ya un compañero me hizo algunas aclaraciones, bastante lógicas de por sí, y que me demuestran aún más que cada persona es un mundo cargado de conocimiento. Aquí me voy dando cuenta que no son extraños o que viven en lo más “recóndito” del país como nos quieren hacer ver los medios de comunicación traidores de la alegría de informar. Durante el camino me di cuenta de un temible monstruo que se extiende por los valles: la caña. Nunca había visto una, me parece curiosa por que a simple vista parece una invasora, tal vez para la gente de estas tierras no lo sea o si, pero desde mi ignorancia es la imagen que me llevo de ella, una planta larga y delgada que no permite ver entre ella, que oculta. ¿Dónde está el pan coger? ¿Todo por aquí es caña o café? Debemos ser conscientes del inmenso mal que nos trae el monocultivo. Poco a poco voy entendiendo que tan necesario es liberar la madre tierra. Quitarle los campos a los aprovechados y dárselo a aquellos que los necesitan, los quieren y los pueden trabajar. Como se dice en mi fría tierra: amanecerá y veremos. Veremos que se sigue aprendiendo en esta minga, con todas estas manos y todas estas voluntades trabajando juntas. Tengo que seguir escribiendo.

Miércoles, 9:26 AM.

La historia sí está viva, y más que un registro o una acumulación lo que es la historia es puro movimiento, así como la memoria, que también está viva. Los guaduales se extienden hacia arriba como si fuesen llamados por alguien, sus formas infinitas nos abren la mente, nos invitan a imaginar. Regresando a la historia pienso que está en cada uno de nosotros darle el rumbo que queramos, tal como se lo hicieron todos aquellos compañeros que hoy recordamos.

Así como con estos grandes guaduales no hay que olvidar que si se descuida la historia tomará un solo y uniforme rumbo y por lo tanto te tomará ventaja y entonces será lo que de ella quieran otros que sea. Al igual que debemos liberar la tierra también debemos liberar a la historia con nuestras manos y nuestros pensares. El bosque mágico es historia viva.

1:43 PM.

Almuerzo. La sazón de la comida se impone junto a la grata compañía. Agua, papita, yuca y maíz, también la habichuela. De aquí nunca podré decir que pase hambre, muchas gracias. Me doy cuenta que tierra es sinónimo de vida y aquí la gente lo tiene claro. No están dispuestos a ceder ni un centímetro cuando lo que está en juego es precisamente eso…la vida.

Se invertirá el tiempo que sea necesario, y a diferencia del dinero que es tiempo muerto, los frutos que se recogerán de la paciencia y el esfuerzo serán provechosos para cada uno. Yo pienso que si la paciencia es un pilar en estas tierras pues es sensato que para mí también lo sea. Respiro y recuerdo lo que dicen aquí: la tierra no se libera en quince o veinte años, la tierra no se libera ya. Igual pasa con la mente y el espíritu, no se liberan ya, no se liberan en quince años, se liberan toda la vida y se es libre cuando tus pasos ya no te pesen, cuando la espalda, erguida por el calor del trabajo, pueda repeler la tempestad del olvido. Ese fue mi almuerzo una rica compañía de sopa y saber.

2:45 PM. La gente se reúne, vamos a hablar.

¿Qué es una minga sin dialogo? De hecho ¿Qué seriamos cada uno de nosotros sin los saberes que nos aporta el dialogo? Ahora vamos a hablar, a dialogar, a contarnos, igual que el viento, las vivencias de otras partes.

Dice uno de los compañeros que las cosas se logran si nos desprendemos de ciertas ambiciones. Yo estoy de acuerdo con eso, no podemos enceguecernos con nuestros anhelos que en ocasiones responden a valores de competencia e individualidad. Entiendo por esto que si queremos un bien que nos reúna a todos, pues es así como debemos pensar: en función de todos. Ahora si ya nos alejamos de nuestras ambiciones personales y con nuestras herramientas nos ponemos en disposición de la comunidad podremos entonces empezar a trabajar por lo que viene: las futuras semillas.

Los compañeros hablan de una institución que no solo nos ha tocado a nosotros, sino que también se ha propagado a nivel global siendo reproductora y reproducción de los sistemas sociales y económicos. Los compañeros hablan de la escuela. Esta institución en el caso de las comunidades Nasa de Tierra adentro, y yo me imagino que en otros lugares también, se ha encargado de mutilar el pensamiento ancestral de las comunidades, negándoles el acceso a su cultura y hasta robándoles la palabra. Una institución que hoy en día es eficaz para graduar gente pero es ineficaz para cultivarlos.

Lo que plantean los compañeros es regresar a las raíces sin el miedo que impone la modernidad y el proceso de globalización. De lo que se trata es de fortalecer el cultivo de los valores Nasa a partir de la acción. Aquí el hablar la lengua propia y el tejer son prácticas que toman vital importancia, pues son acciones que al mesclar acción y pensamiento permiten desarrollar el saber dirigido, claro está, al día a día de las comunidades.

Dicen los compañeros que la lengua está desapareciendo y siguiendo las estadísticas tal vez hoy en día estamos ante la última generación Nasa yuwe hablante. Para mí, que soy un extranjero tanto de estas costumbres como de este territorio, está perdida de la lengua es bastante preocupante. No solo se pierden símbolos y códigos, lo que se está perdiendo es una identidad construida durante muchos años, con una carga de saberes tal vez maravillosa y sorprendente como todo lo que aquí he visto.

Es obvio que las prácticas que se quieren revitalizar no tienen cabida en un sistema educativo que quita todo contacto de la persona con la tierra y con el espacio. Esto los compañeros lo tienen claro, y aunque yo no conozca la organización y el trabajo que ellos han venido realizando, lo que si reconozco es que para lograr el fin de regresar a las raíces es necesario desescolarizar a los niños y niñas. Esto traerá problemas de reconocimiento institucional pero será un fuerte avance hacia una autonomía pedagógica.

El debate sigue abierto y tal vez no acabe pronto, el futuro de las comunidades está en juego así como la tierra y la vida, así será con el pensamiento y el espíritu.

7:59 PM

De los liberadores de la tierra quisiera escribir cosas grandiosas, tal vez como se les escribió a héroes y heroínas de leyenda. Quisiera llenarlos de abrazos y de todos mis sentires. Quisiera que sepan que no están solos, que se les acompaña desde la lejanía con el pensamiento y el corazón. A ustedes valientes mujeres, hombres, niños y niñas les dedico este corto diario. Cada una de las palabras aquí escritas ha sido inspirada por sus acciones y su fuerza.