Masacradas 16 vacas en La Emperatriz: Incauca, Asocaña y estado colombiano, el eje del mal contra la liberación de la Madre Tierra
No les basta con matar gente, ahora matan animales. En una nueva incursión del eje del mal, mueren 13 vacas liberadoras masacradas en la hacienda Canaima, punto de liberación de la Madre Tierra La Emperatriz en el norte del Cauca, Colombia. Ya lo habíamos advertido en la alerta el 21 de abril, los ataques crecen coordinadamente.
Los hechos sucedieron hoy 25 de abril de 2020, días histórico para el Proceso de liberación de la Madre Tierra. 16 compañeras vacas, adultas y jóvenes, cayeron masacradas en la lucha de la liberación. No lo olvidaremos, apúntenlo en su agenda.
La noche anterior, trabajadores al servicio de Incauca, el mayor ingenio productor de azúcar y agrocombustibles de Latinoamérica, entraron en la hacienda Canaima, donde hoy solo hay pasto, y regaron bolas de veneno en un gran lote de potrero. En la mañana de hoy las vacas las consumieron y 19 resultaron afectadas. 16 murieron, 3 volvieron a la vida después de recibir un rápido tratamiento.
La escena fue triste, dolorosa. Vacas tiradas, unas muertas, otras agonizando, otras levantándose y cayendo, luchando por sobrevivir. Nos recordó la masacre de El Nilo en 1991. Las vacas son nuestras compañeras de lucha.
Hace cinco años la hacienda Canaima era un inmenso cañaduzal, hasta que decidimos entrar a liberarla del monocultivo cortando la caña. La hacienda colinda con La Emperatriz, muy cerca del pueblo de Caloto. A este tiempo podemos dar un parte de victoria porque ya acabamos con la caña. En 400 hectáreas de tierra el monstruo capitalista ya no saca una gota de jugo de caña para su destructiva industria de azúcar y agrocombustibles.
Las dos fincas son emblemáticas para el pueblo nasa porque los policías y paramilitares masacradores de 20 hermanos y hermanas nuestras en la hacienda El Nilo salieron desde La Emperatriz la noche del 16 de diciembre de 1991. Y los autores intelectuales son la familia Bernal Seijas, ‘dueños’ de la hacienda Canaima. Así que estas dos fincas se liberan porque se liberan.
En los últimos años son muchos los intentos del eje del mal por desarticular el proceso de liberación. Asesinato o captura de liberadores, desalojos policiales y ataques militares, descrédito por medios de comunicación como RCN (propiedad del mismo dueño de Incauca, de Postobón, del equipo de fútbol Atlético Nacional, etc.), amenazas de grupos paramilitares, ofertas indecentes de negociación. Hasta ahora habían asesinado liberadores, ahora masacran vacas.
Los autores de todos estos ataques son el eje del mal: Incauca, Asocaña (que agrupa todos los ingenios azucareros de la región) y el estado colombiano. Llenan de odio a la opinión pública contra nuestro proceso, envenenan a pueblos contra pueblos, tuercen la información en favor de los ricos, se alían con paramilitares, desestabilizan y persiguen procesos alternativos, coordinan grandes subsidios con dineros públicos para intereses privados. El eje del mal entra a la historia por cometer la primera masacre de vacas liberadoras.
El eje del mal seguirá su plan de destrucción, allá ellos. De nuestra parte continuaremos liberando la Madre Tierra y compartiendo los frutos de las tierras que hemos ocupado desde hace cinco años. Justo ayer, llevamos un camión con tres toneladas y media de alimentos para las comunidades del distrito de Agua Blanca, en Cali.
El eje del mal destila y reparte veneno. Nuestro proceso comparte alimentos.
Proceso de liberación de la Madre Tierra
Norte del Cauca, Colombia