El bosque Seco Tropical en el norte del Cauca
El bosque seco tropical, es un bosque especial;
cuando llueve reverdece y cuando no, dormido permanece bajo el sol.
Por Minga de Comunicación
Tan fragmentado y degradado, el bosque seco tropical (BST) resiste silencioso ante las presiones que lo acechan. Cercano a las grandes ciudades, los procesos de transformación se lo han ido comiendo a mordiscos con el pasar del tiempo. Hoy el ecosistema –que en algunos sitios está categorizado en peligro crítico de extinción– se encuentra agonizando y con una necesidad urgente de protección y restauración.
De las 9’000.000 de hectáreas que solía cubrir originalmente en Colombia antes de la invasión europea apenas queda el 8 por ciento, solo 720.000 hectáreas. Aunque ha sido declarado un ecosistema estratégico para la conservación de la biodiversidad en el país –con cerca de 2.600 especies de plantas, al menos 230 de aves y 60 de mamíferos– su participación dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (Sinap) es muy pobre, menos del 5 por ciento tiene alguna figura de protección dentro de las comunidades, resguardos, zonas colectivas y cabildos.
Alarmados por el grado de amenaza que sufren estos bosques, investigadores colombianos han estudiado sus elementos o partes de distinta naturaleza ambiental, la composición de las especies de flora y el estado de conservación de las coberturas en las seis regiones en las que se puede encontrar: Caribe, riveras del rio de la Magdalena, la región norandina en Santander y Norte de Santander, los Llanos Orientales en Arauca, afloramientos rocosos del Vichada, las planicies y zonas de nuestro departamento del Cauca como son el valle del Patía y los bosques próximos al río Cauca.
“El bosque seco es inherente queriendo decir esto que es esencial al ser humano y no podemos separarnos de él por formar parte de su naturaleza, está completamente inmerso en las actividades humanas y lastimosamente cercano a todas las principales ciudades siendo una de ellas Cali y municipios intermedios como Santander de Quilichao y Miranda. Lo hemos utilizado, transformado por completo y ahora está fuertemente amenazado. Necesitamos reaccionar y convivir con él, sin maltratar lo poco que queda”.
En promedio, seis actividades le están generando presión al bosque seco tropical, aunque mas concretamente en zonas del Cauca se han evidenciado hasta 13 actividades distintas que acorralan diariamente al bosque al mismo tiempo. El ecoturismo mal manejado, la cacería innecesaria, la extracción de la guadua de manera inescrupulosa, la tala selectiva de especie en peligro de desaparecer como ceibas, samanes y caracolíes, la ganadería y el pastorear dentro de estas áreas, la tala intensiva, la agricultura extensiva de caña de azúcar para biocombustible y de arroz como única alternativa de rotación de cultivos, la construcción de viviendas cerca de los ríos y quebradas, los incendios y quemas que se salen de control, el cultivo de marihuana que no es propia de la región y de la demanda de grandes cantidades de agua para monocultivos, la minería no artesanal y la erosión producto de una vieja costumbre de dejar el suelo pelado expuesto al inclemente sol, son algunas de las acciones identificadas más perjudiciales para este habitad que es donde convivimos nosotros y que nos garantizara el sustento.
Esto significa que si las presiones siguen, que si no hacemos un trabajo de sensibilización con la sociedad en general y no emprendemos acciones de restauración, el bosque seco tiene pocas opciones de recuperarse naturalmente y extenderse, haciendo uso de los recursos que necesitamos día a día, como el suministro de agua, la captura y almacenamiento de carbono que se logra dejando las hojas secas que caen de los árboles y simultáneamente la resiembra de especies nativas.
El bosque seco tiene una biodiversidad única de plantas y animales que se han adaptado a condiciones de falta de agua, por lo que presenta altos niveles de endemismo, queriendo esto decir que tiene especies que no se dan en ningún otro tipo de ecosistemas o lugar y que están adaptadas a largos periodos de sequía. Se ha evidenciado que el 66 por ciento del bosque seco de nuestra región se ha perdido debido a la deforestación para el cultivo de ilícitos, una ganadería poco o nada responsable y como principal medida por el despojo del territorio a manos de los ingenios, solo el 4,5 por ciento está sujeto a protección lo cual manifiesta que hay una falta de programas efectivos desde el ámbito económico ambiental, de la responsabilidad efectiva de las autoridades y de cada uno desde el mismo núcleo familiar para perpetuar el habitad.
Recordemos pues que un bosque no solo comprende los árboles y plantas si no también un sin número de especies de mamíferos, aves, reptiles y hasta nosotros mismos como especie humana. Está en cada uno la urgente tarea no solo de liberar la Madre Tierra de los grandes terratenientes y de proyectos devastadores sino el saber convivir con un entorno que simplemente se nos ha prestado en el presente y que sin duda les pertenece a las generaciones venideras.
El vivir en libertad y alegría con Uma Kiwe demanda una completa armonía con los principios que nos han dejado nuestros mayores incluida la conservación del territorio en todo el sentido de la palabra con los cuales se le rinde culto a manera de agradecimiento a todos los espíritus que requiriendo de bosques, quebradas y animales para recorrer el territorio y asi poder brindarnos la protección que tanto reclamamos.
Despedimos esta nota con esta bella composición de la agrupación Vallecaucana Jacana Jacana que se titula Bosque Seco, la cual nos hace un recorrido por la vegetación que echó raíz en el territorio y de las especies que lo recorren de manera silenciosa por cada uno de sus rincones.