Daniel Felipe: otro asesinato al prontuario del general Naranjo

El 9 de mayo de 2017 será recordado como un día de dolor para el pueblo nasa. Ese día, a las 11 y cuarto de la mañana, la policía que un día comandó el general Naranjo, el hoy vicepresidente, asesinó a Daniel Felipe Castro Basto, un joven liberador de la Madre Tierra.

Felipe se encontraba junto a otros comuneros y comuneras a la entrada de la finca Quebradaseca, donde ondeaba un pasacalle que decía: “Javier Oteca presente”, otro liberador asesinado en esa misma finca hace mes y medio por la seguridad privada del ingenio Incauca. Pasaron varios vehículos de la policía y desde uno de ellos dispararon ráfagas contra la comunidad resultando heridas dos personas, un periodista del colectivo Enraizando y un liberador de la Madre Tierra, Daniel Felipe, quien murió en el trayecto hacia Cali. El comunicador se encuentra en proceso de cirugía y recuperación.

Cerca de la casa de la hacienda Quebradaseca el ejército disparó en varias ocasiones contra la comunidad, como se ve en el video, que se encontraba realizando la minga de corte de caña.

Un ataque calculado

El ataque fue calculado y preparado por la policía instantes antes de cometerlo. El comandante de Derechos Humanos de la policía, Trujillo, envió mensajes de audio y texto al gobernador del cabildo de Corinto, Hilario Güegia, en los que alertaba sobre un posible ataque a la fuerza pública por parte de “un grupo de milicianos del ELN infiltrado” entre la comunidad. El gobernador le manifestó que eran “acusaciones muy graves” y Trujillo le respondió que sí, que eran “muy graves”. Instantes después aparecieron los vehículos de la policía rafaguiando a la comunidad, dejando un muerto y un herido.

El domingo anterior, el general Naranjo, vicepresidente de la república, se había reunido con las autoridades indígenas y “aseguró que no se iba hacer responsable de lo que sucediera contra de las comunidades indígenas”, según lo manifiesta el comunicado de la ACIN. Así las cosas, es claro cómo se calculan y ejecutan los ataques contra las comunidades que están liberando la Madre Tierra en el norte del Cauca.

No hay que olvidar que Naranjo reprimió las movilizaciones y golpeó sistemáticamente al movimiento social colombiano entre 2007 y 2012 como director general de la policía. Después trabajó asesorando a Enrique Peña Nieto, presidente de México, en temas de seguridad, por eso en ese país Naranjo tiene un largo y oscuro historial ante organizaciones defensoras de Derechos Humanos. Santos lo tuvo en la mesa de la Habana y ahora le encarga la vicepresidencia, donde ya empieza a mostrarse como negociador marrullero.

Una familia liberadora

Daniel Felipe Castro Basto es un joven liberador de la Madre Tierra, de la vereda San Pedro. Se enamoró de la liberación al momento de enamorarse de su compañera, Enyi, quien se encuentra en embarazo y hace parte de uno de los puntos de liberación ubicado en Corinto. Desde los primeros tiempos en que las comunidades entraron en las fincas, en diciembre de 2014, ella ha estado presente con toda su familia: mamá, papá y hermanos.

La aldea de la liberación “Punto uno” es la sede de vida y trabajo de varias familias que se turnan día a día las labores de siembra, guardia, recorridos de control territorial, labores de comunicación, participación en encuentros… A una de esas familias llegó Daniel Felipe tras el corazón de una joven nasa que anda tras el corazón de su mamá. En días pasados, una visitante de Medellín, profesora universitaria de apretada agenda, le preguntó  a ella, a la suegra de Daniel Felipe: “usted qué hace”. “Soy liberadora de la Madre Tierra”, le respondió. Entre lágrimas, la profe la abrazó.

Son estas las historias que el poder busca truncar desde arriba.

Poder establecido para truncar historias como ésta, porque mientras sigan existiendo la vida tiene sentido. Y una vida con sentido es peligrosa para el poder. Lo derrota.

El sentido de la vida

Del cuñado de Daniel Felipe al mundo:

“Este es el motivo que hoy me trae aquí: que las reservas de agua vuelvan otra vez a crecer, que los animalitos vuelvan otra vez a su retorno porque estaban desplazados, sinceramente, y que las familias se beneficien de esto porque hay la necesidad de tierra. Ese es mi motivo para estar aquí en esta lucha”.