Preparación de abono líquido en la liberación de la Madre Tierra

Por Minga de comunicación. Hoy es 5 de marzo de 2020. En este día de fiesta y resistencia, en que cumplimos cinco años de liberación en La Emperatriz, el sol nos mira brillante. Iniciamos la conversa mientras lxs compañerxs desayunan. Compas de diversos puntos de la liberación y de otros lugares empiezan a llegar para el festejo entre la palabra, la recocha y el baile.

Aprovechamos el aniversario para iniciar el día aprendiendo. Vamos a preparar biofertilizante, un abono líquido de muy fácil preparación. Vamos a llamarle biol. Para ahorrar tiempo.

Abrimos el tema hablando sobre los ingredientes y materiales para preparar el caldo, sí, así como lo leen, vamos a preparar un caldo.

Materiales:

1 caneca de 50 litros con tapa hermética
1 neumático de bici o moto
1 buje o tapón
1 metro de manguera de nivel
1 botella de plástico, de esas de gaseosa

Ingredientes:

– 5 kilos de boñiga de vaca (fresca)
– 5 kilos de miel de purga
– 1 litro de leche de vaca (fresca)
– 25 gramos de levadura
– 5 kilos de ceniza de fogón

La mezcla se basa en echarle agua a la caneca hasta la mitad.

Después le vamos poniendo los ingredientes iniciando con la boñiga, debe de ir despedazada sin residuos de pastos duros o paja.

Luego le agregamos la ceniza (cernida) y fuimos concluyendo agregándole la leche, miel de purga y levadura. Todo ello debe mezclarse hasta que no quede ningún residuo sólido.

No se debe de llenar a tope la caneca, debe de dejarse un espacio de 15 a 20 cm para que funcione como cámara de gases.

– Hablamos del proceso anaeróbico (sin oxígeno) por el cual debe de fermentarse el caldo. Debe de cerrarse por completo, herméticamente, solo dejando la manguera de nivel atravesando la tapa de la caneca, para que el gas de la fermentación encuentre salida por este conducto. Así podemos verificar que está ocurriendo la fermentación mediante el burbujeo de la botella con agua, que se amarra en el exterior de la caneca.

– El tiempo de fermentación dura aproximadamente 20 días, y una vez pasado este tiempo puede usarse en una escala de 1 litro de biol por 19 de agua. Con esto podemos rociar tanto las hojas como las raíces, de preferencia por la tarde para evitar su evaporación.

– Recomendaciones: antes de regar las plantas con el caldo, hacer pruebas en una parcela pequeña donde haya varias plantas para observar como reaccionan con este nutriente. Si llegan a resentirse, habría que reducir de un litro a medio litro de caldo por 19 de agua y hacer la misma prueba. Una vez hecha esta prueba y comprobando que las plantas se encuentran fuertes, usaremos esta medida para empezar a nutrir nuestros cultivos y árboles.

Soñamos con alimentar la tierra y recuperar su comunidad diversa de microorganismos que nutren a las plantas con este caldo de minerales y así dar de comer para que todos los seres podamos también comer y vivir. Esto es parte de la campaña para rehabitar y restablecer en estas tierras liberadas con árboles, plantas, abejas nativas, animales y espíritus que fueron desplazados por el imperio de la caña. Este es el esfuerzo por los seres más pequeños, los microorganismos.

Si hay hongos o enfermedades que afectan a las plantas, la vía está en mirar la tierra, nutrirla para que las plantas estén fuertes y con resistencia gracias a su convivencia con otros organismos.

Estamos pasando por tiempos en los que los agroquímicos nos dan „soluciones“ de productividad – cantidad, pero van en contra de la vida, de la diversidad y de las relaciones con toda la comunidad de seres que habitan un territorio.

En nuestras comunidades es frecuente el uso de insumos tóxicos. Desde la liberación de la Madre Tierra estamos dando pasos para abandonar los venenos y los abonos químicos que destruyen la vida.

¿Por qué seguir enriqueciendo a los que nos envenenan con sus proyectos de muerte (Monsanto, Syngenta, Du Pont) si todo nos lo da la Madre Tierra? Esta transición de recuperar lo que somos y lo que podemos ser, requiere tiempo, cariño, esfuerzo. Hoy celebramos la liberación de la vida, de la Tierra, ofrendándole y dándole de comer primero.

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