Saludo al congreso nacional indígena de México

Hermanas y hermanos:

De nuestra parte reciban nuestro saludo y admiración por su lucha y por la consecuencia con la que caminan sus pasos. Les compartimos con estas palabras nuestra lucha y desde ella una invitación.

Nosotros y nosotras somos del pueblo nasa y vivimos en la cordillera Andina del Cauca entre la montaña y el valle. La montaña llega hasta el páramo, incluso hasta el nevado, y el valle se pierde de vista hasta alcanzar la próxima cordillera. Toda esta tierra está marcada con mojones y lugares que recuerdan la resistencia que para nuestro caso completa 478 años desde que el conquistador pisó nuestro suelo. Y por mojones y lugares que recuerdan la vida que era antes de esas pisadas de conquista.

La tierra sigue estando aquí pero ya no es la misma. De la selva del valle del río Cauca no queda nada y a cambio hay plantaciones de caña para azúcar y combustibles. La montaña es un hormiguero en donde nos apeñuscamos para sobrevivir. Con la venta del azúcar y el combustible, y otras ventas muchas porque el hombre es poderoso y tiene puesto en el Estado y tiene puesto en el sistema financiero mundial, el “dueño” de estos valles, financia presidentes y financia la guerra que nos agobia y nos apeñusca y se aprovecha del agua que sembramos en la parte alta.

Pero como esta dominación no es nueva y ninguna de las anteriores nos ha vencido, aquí seguimos de pie desde la montaña y bajando al valle. Porque estamos tan apretados que unos a otros nos pisamos los pies y cuando el vecino de arriba orina le cae al de abajo y entonces nos miramos feo. Porque las tierras de lo alto son para plantas, animalitos y espíritus. Porque de las tierras de abajo nos despojaron la conquista y la guerra y también a los negros y las negras les quitaron su tierra y ahora viven apeñuscados en pequeños lotes en donde lo único que logran es hacer un techo para dormir y al otro día volver a trabajar al cañaduzal, y también al campesinado lo han despojado de sus tierras a punta de violencia y ha tenido que ir peregrinando por Colombia buscando un terruño. Porque en Colombia y en el Cauca la tierra está en pocas manos y el rico esclaviza la Tierra hasta sacarle sangre.

Hemos ido bajando poco a poco al valle y le hemos arrebatado al rico cientos de hectáreas y seguiremos haciéndolo porque nos hemos propuesto devolverle la libertad a la Madre Tierra. En este momento estamos liberando la Tierra en 9 fincas arrancando la caña y sembrando fríjol, maíz, yuca, zapallo. La fuerza armada nos daña el cultivo a punto de cosecha pero vuelta volvemos a cortar caña y vuelta a sembrar comida. Mientras vamos cortando y sembrando nos damos cuenta de que todo depende de este trabalenguas: así como la Tierra está alambrada también está alambrado el corazón; la desalambrada de la Tierra depende de desalambrar el corazón y desalambrar el corazón depende de la desalambrada de la Tierra y nadie se desalambra solo, más se enreda. Ahí disculpen el enredo de la lengua pero sabemos que en el corazón queda claro.

Y también mientras vamos sembrando sabemos que cada rincón del planeta es una tierra por liberar. Y nos llegan noticias y sabemos que en muchos rincones del mundo hay gentes y pueblos que están liberando la Madre Tierra ya sea porque viven a su ritmo y según su enseñanza o porque resisten al pinche capitalismo cabezón, o por las dos. Por eso se nos ocurrió que podemos encontrarnos como Abya Yala y con otros pueblos y procesos de otras geografías para reconocernos y juntarnos las luchas de liberación de la Madre Tierra en 2017. No puede ser que los capitalistas anden a sus anchas haciendo y ejecutando planes encimados en nuestros territorios y sigan con su guerra para apoderarse de lo que siempre ha sido nuestro y esclavizar la Tierra. Entonces queremos a muchas voces decir Basta ya, la Tierra no aguanta más. Y que ese Basta ya sea un grito en forma de agenda desde abajo, desde quienes andamos diciendo que la Tierra nació para ser libre y así mismo los pueblos y las criaturas que vivimos con ella y… Entonces, si les parece, desde ya, por anticipado, en cortico (en pocos días ampliaremos) y en la intimidad de este congreso nacional, les dejamos la invitación a este encuentro de Abya Yala por la libertad de la Madre Tierra.

Hermanos y hermanas:

Desde este rincón de Abya Yala pedimos a los espíritus que sean de su compañía en la reflexión y en las decisiones del congreso desde las llamas de resistencia, autonomía y rebeldía que brillan en cada uno de los pueblos originarios que hilan nuevos mundos desde mero abajo, desde donde nace el amor y compromiso ancestral con nuestra madre que es la tierra.

Proceso de liberación de la Madre Tierra. Pueblo Nasa. Norte del Cauca, Colombia. 12 de octubre de 2016.