DesalambrArte recorrió un sueño sembrado hace años
Terminó el recorrido de DesalambrArte en la comunidad de Sampacho con la guardia indígena, los kiwe thegna. San Francisco es un resguardo indígena, cerca de Toribío, y allí, en el nuevo polideportivo, fue el encuentro al que Desalambrarte estaba invitado y se presentó con obras de teatro y títeres y Vamos el corte en vivo.
Desalambrarte surgió en el cuarto encuentro de la Minga de comunicación con el encargo ayudar en socializar y defender el proceso de liberación de la Madre Tierra. No es un momento fácil: todas las tentaciones se asoman detrás de la loma y no falta quien intercambie miradas y saludos.
Como lo ha contado el señor Piedras en la nota anterior, anduvimos recorriendo muchos lugares del norte del Cauca durante el mes de mayo: aldeas de la liberación, puntos de control de la guardia, lugares históricos de la recuperación de tierras y sitios ya liberados en el día a día de la vida nasa.
En El Tablazó, Toribío, por ejemplo, conocimos el nasa tul (huerta) de la familia Méndez, un lugar lleno de encanto en donde se cultiva comida para tres grupos: los espíritus, los animales, la gente. Algún día, las fincas en proceso de liberación deberían ser lugares así, llenos de diversidad. Por ahí es la vuelta.
En Vitoyó, Jambaló, conversamos con la comunidad acerca de las recuperaciones de tierra de los años setenta y conversamos con Etelvina Zapata de su larga lucha por hacer justicia con el caso de su hijo Germán Escué, asesinado por el ejército por recuperar las tierras. En El Tierrero compartimos con los kiwe thegna mientras hacían su ejercicio de control territorial. En El Pílamo, En la Empera, en Corinto, en Pajarito, en Casas Viejas, en cada lugar, el sentir es el mismo: hay que meterse a la liberación de la Madre Tierra.
Cada lugar visitado hace parte de un resguardo indígena. Es tierra que ya los mayores y mayoras, por entonces jóvenes, han recuperado, han liberado. Es tierra en donde por primera vez en siglos ha nacido gente libre. Tierra de sueños ya cumplidos, ya andados. En las fincas que hoy en día se están liberando sucederá lo mismo dentro de algunos años.
Cada lugar visitado hace parte de un resguardo indígena. Es tierra que ya los mayores y mayoras, por entonces jóvenes, han recuperado, han liberado. Es tierra en donde por primera vez en siglos ha nacido gente libre. Tierra de sueños ya cumplidos, ya andados. En las fincas que hoy en día se están liberando sucederá lo mismo dentro de algunos años.
El camino para llegar allá es largo. Y pasa por la coherencia y la responsabilidad que asumamos hoy. La vía institucional, la vía de la negociación no son parte del camino. Eso lo tienen claro los liberadores y liberadoras y en DesalambrArte un comunero de Vitoyó lo dijo a su modo:
“No más acuerdos, ¿cierto? Eso es lo que no queremos. Para qué más acuerdos si sigue siendo lo mismo. (…) Esto (DesalambrArte) es parte de la educación que el gobierno nunca da a conocer a la gente. Qué tal que todo el mundo conociera, sería un problema pal Estado, ¿cierto? Esa educación es la que el gobierno no da”.
Termina, pues, esta primera versión de DesalambrArte con muchos aprendizajes y a la espera de volver al escenario, ojalá pronto.