Pachamama, Napguana, Uma Kiwe, Gaia, Terra… La Tierra es nuestra Madre. Todos los pueblos del mundo así la nombramos. Ella todo lo siente, todo lo organiza, decide qué hacer para sostener el equilibrio: no anda buscando consejos. Ella así es. Sabe abrigarnos, alimentarnos, arrullarnos en su seno y dejarnos descansar cuando es buen tiempo. Sabe transformarnos otra vez en tierra para continuar tejiendo. Uma Kiwe lo es para el pájaro, la brizna de yerba, la hormiga en las avenidas subterráneas, el primer ministro en su jaula de cristal y cifras, la abuela masai que lee bajo la pantalla del cielo estrellado…

“La Madre Tierra es un ser viviente, eso que llaman un superorganismo vivo. Todo lo siente, todo lo piensa, todo lo organiza. Nosotros, los humanos, somos apenas una puntada del tejido de la gran yaja del planeta. Somos porque otros seres son. Y sin embargo otros seres dejan de ser para que nosotros seamos… Los humanos pueden elegir entre ser depredadores, estorbos o ayudantes”.