Liberar el alimento es también desalambrar el corazón
La Marcha de la Comida amaneció temprano en nuestra Cali caliente, el campamento en Univalle se levantó antes que el sol para recibir la chiva que venía desde Popayán con compañeras y compañeros liberadores de cinco puntos. Mayores, niñas, músicos y mujeres llegaron a la ciudad con algo de lluvia refrescante y muchas sonrisas, también refrescantes. Se compartió el desayuno hecho desde temprano por manos urbanas y comprometidas; huevos con raíces, arroz y quinoa, sopa de verduras, plátanos fritos y café caliente, la Marcha de la Comida comienza con la barriga llena.
La gente se dispuso para subir las montañas de cemento, las laderas de gente luchadora. Era hora del esperado encuentro pueblo con pueblo. ¡Que montemos el revuelto, que empaquemos los fondos, que vistamos las chivas con los trapos pintados con la palabra de la liberación, que súbase que ya nos vamos, prendan motores y que suene la chirimía que nos fuimos pal barrio!
A su vez la ladera ya estaba en actividad, niños y niñas con trajes, con pinturas, mujeres preparando la palabra y el alimento, jóvenes tamborileros, muchachas cantoras, ofrenda de comida preparada por mujeres conscientes y solidarias: masitas de lentajas, champús, aguapanela con limón, chicha de piña a cargo de la Mayora, todos y todas estábamos listas para el encuentro.
En el recorrido las calles llenas de gente, dejaron notar la emoción del barrio que al ver llegar las chivas no se hizo esperar, el mensaje era claro y contundente: «Libertad para Uma Kiwe, lucharemos hasta que se apague el sol» canto va canto viene, saludo va saludo viene y así nos fuimos adentrando en la ladera, las faldas populares de los Farallones de Cali. Y a media mañana, pueblo con pueblo se miraron cara a cara, hubo sonrisas y abrazos, hubo chirimía de lado y lado y cantos que a una sola voz, elevaron mensajes de fuerza barrio adentro. La ladera de la ciudad de Cali recibe con su caminar de alegría y resistencia por segunda vez la Marcha de la Comida.
La palabra dulce se puso al centro, se encendió el fuego y se alegraron las voces, se dio el espacio para el arte porque la alegría abre la fiesta, que es el compartir solidario de las luchas hermanas; la chirimía del proceso Kiwe Uma de Tierradentro, el grupo la Bulla de jóvenes y niños de la ladera, circo y malabares, danzas y acrobacia; Siguieron los saludos de los procesos, gente de barrio, gente de pueblo, gente campesina, urbana e indígena, diversidad de procesos celebrando la juntanza por la libertad de la Madre Tierra.
Entre una frijolada deliciosa y un aguacero impenetrable se nos fue la tarde, así que el trueke de saberes y el compartir de comida liberada se vio cercado por la noche y el agua, nos convocamos entonces al palabreo, un círculo de palabra armonizado por el remedio del Mayor, que abrió el espacio con flautas para que el conversar fluyera, y es que el agua era necesaria para bajar el calor y luego fue el frio quien terminó invitándonos al abrazo colectivo.
Y como la palabra no esta escrita si no que se teje, y como la palabra está hecha de nudos que se entrelazan para la construcción, se hizo un ejercicio de memoria en la voz del The Wala que nos endulzó el pensamiento: “Cosechamos de lo que sembraron los que ya no están. Sembramos para quienes no han nacido. Porque la cosa es despacio… La semilla brota cuando el sol la calienta. Y va en su tiempo.”
El agradecimiento es un acto de liberación. La voces de cada proceso fueron escuchadas y compartidas. El desalambrar el pensamiento se hace en cada acto y aunque quitarse el alambre del corazón suele ser doloroso, es también sanador hacerse hombro a hombro con gente hermana.
La comida liberada se compartió con los procesos de base y populares de la ladera de Cali, zapallo, calabaza, arracacha, plátano y yuca fueron ofrendadas en el círculo; el proceso de liberación de Uma Kiwe una vez más llegó a la ciudad para dejarnos su reflexión, su palabra sencilla y amorosa, su tiempo tranquilo, sabio, respetuoso. Nos fuimos con la lluvia así como llegamos, con los corazones llenos de alegría y libertad para Uma Kiwe.