Incauca y Asocaña promueven conflictos entre pueblos en el norte del Cauca. No caeremos en su trampa

Siendo las 2:30 de la tarde del día 8 de octubre de 2021, se estaciona una chiva, o bus escalera, llena de personas afrodescendientes sobre la vía principal que comunica los municipios Guachené y Padilla, en el sector Muchilanga, descienden de la chiva, ubican un drone que sobrevuela el área tomando videos y fotos manifestando que están haciendo un recorrido en su finca. Argumentan que cada uno tiene de una a cinco plazas de tierra con su debida escritura de hace 50 años. Luego se dirigen hacia el sitio de ubicación de las casetas comunitarias que liberadoras y liberadores tenemos en ese lugar.

En días anteriores, el administrador del ingenio Cabaña, Oscar Mora, se había acercado a la comunidad liberadora para insinuar que no pretendamos estas tierras porque son de gente pobre con escrituras de 10 plazas.

Refiriéndonos al territorio, tenemos certeza de que las fincas donde está posesionada la liberación de la Madre Tierra en el norte del Cauca son “propiedad” de grandes y poderosos terratenientes.

Estas tierras son de origen ancestral y pertenecen a los pueblos originarios desde antes de la llegada de los europeos invasores, violadores, asesinos.

Volviendo a la historia, con el derramamiento de sangre que produjeron los invasores desde 1535 procedimos a guerrear y a refugiarnos en las partes montañosas de las cordilleras para no dejarnos asesinar ni someter como esclavos. Ante la falta de mano de obra a causa del genocidio de nuestros pueblos, la corona española implementa la esclavización de gentes traídas de África desde el siglo XVI, una dura y dolorosa etapa para los pueblos afrodescendientes que llegaron a este continente.

Hoy, los descendientes de esclavizadores y despojadores de nuestras tierras siguen manejando los hilos del poder. Por estos días implementan la militarización de nuestros territorios, la judicialización de liberadores, las ofertas de proyectos desarrollistas, los conflictos entre pueblos, la publicidad e información engañosa, las amenazas de grupos paramilitares, matanza de vacas, etc.; la mano de los poderosos que desde abril de 2020 tienen una “jugadita” que según las últimas maniobras ya no buscaría aniquilarnos si no integrar el proceso de liberación de la Madre Tierra a sus planes.

Invitamos a la comunidad afrodescendiente a no dejarse utilizar, a no dejarse engañar; los poderosos prometen pero nunca cumplen; ellos son los grandes capitalistas, terratenientes, neoliberales y les interesa mantener sus privilegios y su poder. Quieren seguir dominando la tierra con el cultivo de caña y mostrarse como benefactores, como empleadores de corteros a quienes malpagan su trabajo mientras ellos llenan sus bolsillos.

Tanto indígenas como afrodescendientes somos explotados, asesinados. ¿Qué pasaría si uniéramos nuestras luchas contra el poder que nos oprime y divide? Conversemos pueblo con pueblo.

Por el futuro de nuestras hijas e hijos, de nuestro pueblo, de los pueblos que en la parte plana beben el agua de nuestras montañas, por el futuro de la Madre Tierra seguiremos tumbando caña y sembrando comida en el sector de Muchilanga y en todas las fincas donde estamos liberando la Madre Tierra en el norte del Cauca.

Proceso de liberación de la Madre Tierra
Norte del Cauca, Colombia.

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