La Tierra es nuestro patrimonio histórico
Por Minga de comunicación.
El 27 de octubre fue un día muy especial para las comunidades de Caldono que, acompañadas de comuneros y comuneras del norte del Cauca, retomaron el proceso de liberación de la Madre Tierra en la hacienda El Japio, en Caloto, al suroccidente de Colombia.
Desde el 2005 el pueblo nasa viene intermitentemente realizando ejercicios de liberación en este punto. Fue en estas tierras donde cayó, bajó las manos de esa institución de la muerte llamada ESMAD, Belisario Camayo en noviembre del 2005. Es en su memoria que se reanudó con más fuerza y determinación este sueño. Las comunidades se cansaron de esperar los incumplimientos de los acuerdos en los que el gobierno se comprometía a comprar 1000 hectáreas ¡a fines del 2005!
Desde bien temprano, comuneras y comuneros ingresaron a trabajar la hacienda. Luego de desayunar un tintico caliente con deliciosas masitas de harina preparadas por las compañeras en la cocina, a punta de machete y candela comenzó a asomar la tierra ahogada del monocultivo de caña y pinos. Son 900 y 700 hectáreas respectivamente cultivadas con estas plantaciones, de un modo completamente dañino para la salud de Uma Kiwe y todos los seres del espacio.
Ya a media mañana, el ESMAD fue alertado de que estábamos recuperando la tierra, comenzaron a dar vueltas por el aire con sus helicópteros y a mover sus pesados cuerpos por el monte. Fue decisión de la comunidad no enfrentarlos esta vez y dejar que la brisa hiciera su trabajo. No supieron por dónde nos fuimos.
La particularidad de esta finca es que está reconocida como patrimonio histórico dado que allí descansaba el Libertador Simón Bolívar en sus correrías hacia el sur y norte del continente. Ironías de la historia hacen que los explotadores de esta propiedad privada, la compañía Smurfin Cartón Colombia, de capitales ingleses y suizos, sean quienes usen estos argumentos frente a comunidades que viven ahí desde antes, comunidades que son más históricas que la propia hacienda.
Además, solo la casa-hacienda está afectada a esta disposición de patrimonio, no las tierras de la hacienda. Aunque pensándolo bien, una verdadera política de patrimonio histórico haría que estos “bienes” estuvieran en manos de las comunidades originarias y no de transnacionales “venideras de lugares extraños”. La historia no contada dice que el pueblo nasa apoyó al Libertador en las luchas de independencia. La Tierra es nuestro patrimonio histórico y hay que liberarlo.
El patrimonio irónico es que, si hoy esta compañía tiene esclavizada a la Madre Tierra con sus monocultivos, hace 200 años en el mismo lugar se realizaba la compra-venta de personas esclavizadas. Hoy, los ingenios azucareros pagan precios de miseria y contratan a la gente en condiciones de moderna esclavitud. Como hace siglos, la dialéctica de esta situación es esclavitud vs. liberación.
Al mediodía, y con la llegada de más y más comuneros y comuneras se realizó una vibrante asamblea, donde se conversó la necesidad de la continuidad de los trabajos en El Japio, de los canales de comunicación entre liberadores y la movilización de octubre que ya se asomaba.
Al finalizar, el exquisito sancocho nos calentó la barriga y brindó energías para la vuelta a casa con la alegría de retomar la proyección de mayorcitos y mayorcitas que hoy no lo pueden ver, porque ya descansan en la Madre Tierra. Es por ellos que también peleamos.
¡Libertad y alegría con Uma Kiwe!