La verdad de lo que pasó el día de los buses quemados en Vista Hermosa
Hace unos días salió en las noticias de los medios de comunicación privados que en la finca Vista Hermosa, en Caloto, fueron quemados dos buses, que quien quemó los buses fue la gente que está liberando la Madre Tierra y que esa gente está infiltrada y empujada por el ELN.
Eso fue lo que dijeron. Pues bien, vamos a contarles la verdad.
Como bien saben, las comunidades del pueblo nasa del norte del Cauca hemos entrado en las fincas cañeras a liberar la Madre Tierra desde hace tres años. Una lucha que a la gente de abajo le alegra el corazón y que a los malcriados de arriba les revuelve las tripas. El día sábado 29 de julio, las comunidades entramos en la finca Vista Hermosa a cortar caña para liberar la Madre Tierra, agotada hasta la extenuación -como la Abuela Grillo– por los ingenios azucareros que le chupan el agua para su negocio de los agro combustibles y el azúcar.
A poca distancia de donde estábamos bien alegres como siempre que andamos en esta lucha, se encontraba el ejército, del lado de la hacienda cañera Barro Colorado, de Incauca. A las diez y media de la mañana sonó una explosión muy cerca de donde ellos estaban, como a 20 metros de los soldados, quienes se quedaron tan tranquilos como quien sabe que algo va a explotar.
Media hora después, los soldados, unos siete, se vinieron hacia donde estábamos, del lado de la hacienda Vista Hermosa; llegaron dos camionetas con más soldados, unos 15 más, acompañados del carro de la seguridad privada del ingenio Río Paila – Castilla, que se ubicaron unos 10 metros detrás del grupo de siete. Estos últimos empezaron insultarnos con palabras que parecían de generales o de políticos caucanos, pero eran soldados pobres los que nos decían “indios hijueputas”. Los vimos atrincherarse y apuntarnos y entonces nos tiramos al piso para protegernos entre los surcos que deja la siembra de caña. Nos dispararon, tiraron a matarnos, las balas silbaban por encima y pegaban en la carretera, se veía el polvo que levantaban cerca. Fueron entre 15 y 20 disparos.
Pero es que a los indios no nos asustan los disparos, nos dan coraje. Cuando dejaron de disparar nos fuimos a reclamarles por qué quieren matarnos pero ellos se fueron retirando poco a poco, recularon; fuimos a buscar las vainillas de las balas disparadas pero se las habían llevado.
La indignación era grande. ¿Cómo van a disparar a matarnos? Estábamos completamente desarmados y andábamos liberando la Madre Tierra. ¿Cuál es el delito ahí si además esta tierra es nuestra? No es delito liberar la Madre Tierra y en cambio es crimen de lesa naturaleza esclavizarla. Ahí sí veremos a quién hay que aplicarle la condena. Y sin embargo disparan a matarnos así como antes han matado a Daniel Felipe, a Javier, a Guillermo, a Lorenzo. Nos matan con el mismo desprecio que les hace gritarnos “indios hijueputas”, al tiempo que les hace ordenar que nos disparen y les hace efectivamente disparar para matarnos. Dispararnos un madrazo es el paso previo a dispararnos un tiro.
Paso seguido al intento de matarnos, vino lo que faltaba al montaje: la noticia nacional por todos los medios, sin previa investigación, de que dos buses fueron quemados por indígenas del Cauca que liberan la Madre Tierra, infiltrados “por supuestos guerrilleros del ELN que están actuando en estas zonas del Cauca”. El comunicado de Asocaña dice, antes de los resultados de la investigación que ellos mismos solicitaron posteriormente a la fiscalía, que los indígenas “detonaron artefactos explosivos contra las tropas del Batallón Codazzi y luego quemaron dos buses”. Y con esto la opinión pública, el auditorio gigantesco que han creado para sembrar engaño, estalló en sollozos, en indignación colectiva. Auditorio que habría celebrado si ese día hubieran matado a uno de nosotros.
Porque ese fue el truco: salir a embelesar con el cuento de que hay que sentir dolor por dos buses quemados hasta que el auditorio llore. A ver ¿quién del auditorio lloró a Daniel Felipe, menor de edad asesinado por el estado colombiano el 9 de mayo en la hacienda Quebrada Seca de Incauca? En el vientre de su compañera crece una semilla que ha quedado huérfana sin conocer el aliento de su padre, y nadie en Colombia llorará por ella cuando lance sus primeras sílabas al viento para decir “papá”, como ahora llora por dos aparatos incendiados, vaya usted a saber por qué manos.
¿quién del auditorio lloró a Daniel Felipe, menor de edad asesinado por el estado colombiano el 9 de mayo en la hacienda Quebrada Seca de Incauca? En el vientre de su compañera crece una semilla que ha quedado huérfana sin conocer el aliento de su padre, y nadie en Colombia llorará por ella cuando lance sus primeras sílabas al viento para decir “papá”, como ahora llora por dos aparatos incendiados, vaya usted a saber por qué manos.
Como parte del montaje, el director de la agencia nacional de tierras, Miguel Samper, dijo el 31 de julio, a través de los mismos medios por supuesto, que en el norte del Cauca hay un grupo de desadaptados que irrespeta la propiedad privada y ataca con hostigamientos e invasiones. Según este sinvergüenza él mismo se ha entrevistado con indígenas de la región quienes han manifestado que la quema de los buses la hicieron comunidades campesinas. Y agrega esta perla: que no habrá ni un metro de tierra para los indios mientras sea pretendida por actos violentos. Y dice, después de todo lo dicho, que la fiscalía va a investigar por solicitud suya.
Último cabo: días antes, el 27 de julio, Uribe habló en Popayán contra la liberación de la Madre Tierra y contra la ampliación de los resguardos en el Cauca.
Con esas declaraciones es muy fácil sacar a flote la verdad y entender cómo se articulan y coordinan los malcriados del gobierno, los uribistas y los industriales cañeros.
Atemos cabos. Los soldados simularon un ataque con explosivos para tener motivos de salir a dispararnos. Según el gobierno, los uribistas y los cañeros, los liberadores estamos empujados por el ELN, tenían doble razón para tirar a matarnos. Todo, dos días después de los aullidos de Uribe en Popayán: “no más resguardos en el Cauca”. Y para que al otro día el obsecuente director de la agencia nacional de tierras, Samper, entrara en acción por los micrófonos de Caracol radio: “ni un metro de tierra para los indios mientras sea pretendida por actos violentos”. Con eso y con el llamado a la fiscalía para que investigue cerró su función para darle paso al presidente de Asocaña, Juan Carlos Mira, quien dijo, el 8 de agosto, que los indios tenemos más tierra que los cañeros -¡basado en un estudio de la Universidad Javeriana de Cali!- y que “Nosotros, desde el sector agroindustrial de la caña, estamos dispuestos a contribuir con soluciones a la problemática social que se vive en la zona (…) Asocaña está listo y presto a contribuir de manera permanente con planes de vida a las comunidades indígenas…”.
Con los cabos atados, es para decir un par de cosas.
Primero, para preguntarle al gobierno de Colombia, a los uribistas, a los empresarios de la caña ¿todo este show para invitarnos a reclamar tierras por “vías pacíficas” y para ofrecernos limosnas después de que intentan matarnos una y otra vez, después de cientos de intentos de desalojo, después de cuatro muertos y más de doscientos heridos, después de que nos ubican en las listas de las águilas negras en donde ponen precio a nuestras vidas? De entrada, qué descaro y qué mala maniobra.
¿todo este show para invitarnos a reclamar tierras por “vías pacíficas” y para ofrecernos limosnas después de que intentan matarnos una y otra vez, después de cientos de intentos de desalojo, después de cuatro muertos y más de doscientos heridos, después de que nos ubican en las listas de las águilas negras en donde ponen precio a nuestras vidas?
Pero a ver, revisemos las ofertas:
– ¿Por vías pacíficas?: ¿Una petición? ¿Una carta? ¿Una mesa de concertación? ¿Una audiencia con Samper? ¿Un acuerdo de buenas intenciones o de presupuestos prometidos? Esa no es la vía, Samper, ya conocemos los trucos del gobierno de firmar para incumplir. Tenemos memoria: todos los acuerdos, fruto del diálogo, al que siempre estuvimos prestos, o de acciones de hecho, fueron sistemáticamente incumplidos, incumplidos como política de estado. Al perro no lo capan dos veces. Oferta descartada.
– ¿Proyectos para nuestros planes de vida?: ¿Asociarnos con los empresarios? ¿Cobrarles por el agua con que riegan la caña y que nace en nuestras montañas, o sea, agua que nosotros cultivamos? ¿Una reunión de buenas intenciones con Mira? ¿Planes de “vivienda digna”? Oferta que sustentan en que ya tenemos suficiente tierra, más que los ingenios cañeros, según Mira, y en su certeza de que al ofrecernos proyectos vamos a estirar la mano. Por ahí no es la cosa, Mira. No andamos pidiendo limosna. Nuestro plan de vida es la liberación de la Madre Tierra y no está en negociación. Oferta descartada.
Segundo, que alertamos tempranamente a los pueblos en lucha y a la gente que apoya y defiende las luchas, que con las declaraciones dadas por el gobierno, el uribismo y los industriales cañeros estos días, unidas a las amenazas de grupos paramilitares de días pasados, están fabricando argumentos para justificar una masacre como la sucedida en El Nilo en 1991, donde 20 nasas, por liberar la Tierra, fueron masacrados por paramilitares en complicidad con la fuerza pública.
están fabricando argumentos para justificar una masacre como la sucedida en El Nilo en 1991
Tercero, que vamos a seguir liberando la Madre Tierra y que no tenemos afán.
Cuarto, que no somos irresponsables como para salir a decir que los buses fueron quemados por los campesinos, cosa que según Miguel Samper le han dicho indígenas de la zona. No aprovechen la ocasión para ponernos en conflicto con esas comunidades. ¿No dicen que la fiscalía va a investigar? Si va a hacerlo que sea imparcial, que averigüe bien y no ande haciendo montajes. ¿Pero qué se podría esperar del camaleónico (con el perdón de los camaleones) Néstor Humberto? Digámoslo de una vez: no se fíen de las palabras del fiscal, para nada.
Quinto, una lección de historia. Cuando La Gaitana organizó su ejército en 1538 para enfrentar la Conquista ¿andaría por ahí el ELN? Cuando Juan Tama fundó los resguardos en 1700, cuando Quintín Lame se levantó empezando el siglo veinte, ¿quién los empujaba? Tenemos una historia política que bien vale la pena que conozcan. Así que no armen espantos por ahí con los que ustedes mismos se espantan y les da el pretexto para disparar. Reafirmamos que la liberación de la Madre Tierra es una lucha pacífica a la que el gobierno de Colombia le declara la guerra y que no vamos a caer en su juego ni de guerra ni de acuerdos. Esta es una lucha autónoma de las comunidades y por tanto no andamos buscando ni necesitamos padrinos ni civiles ni armados.
Ewna. Una vez narrada la verdad, nos despedimos. Solo una última palabra: si algo se puede rescatar de esos buses quemados, que sea el quedar como un símbolo de justicia por los indios que cayeron liberando la Madre Tierra, indios asesinados por el estado colombiano, indios por quienes la opinión pública no derramó ni una lágrima… Y aunque seguramente nunca sepamos quiénes quemaron los buses, valga la ocasión para enviarles nuestro más grato saludo a donde quiera que se encuentren.
Proceso de liberación de la Madre Tierra
Pueblo nasa, norte del Cauca, Colombia
20 de agosto de 2017.