Luchar con Uma Kiwe: Cómo nos orienta la Madre Tierra
La orientación que nos da la Madre Tierra nace del sentir Nasa, del caminar, de sentir que somos parte de ella.
Aprender a escucharla y sentirla, no dejarla sola porque es nuestra Madre.
Volver a reflexionar es parte de la orientación, porque todo comunica.
Nos orientan el trueno, el rayo, el agua.
Dicen que uno no vino sólo a ocupar un espacio.
La Madre Tierra nos ha llamado al respeto.
Si hoy la liberamos es para defenderla y cuidarla.
A veces nos perdemos porque olvidamos lo propio, pero hay que recordarlo.
Acá, luchar es volver a casa.
El sistema nos llevó a la boca del capitalismo. Tiene mal aliento, así que vamos de vuelta a ser Nasa.
La Madre Tierra nos convoca a todos los seres, ella nos convoca porque está ardiendo.
Nosotros respondemos acabando la caña, golpeando la agroindustria que la esclaviza.
Otra orientación es el alimento.
Allí donde nuestra gente ha ofrendado su vida, confrontando directamente al monstruo hoy sembramos un alimento sano, un alimento que no sólo nutre, sino que va enseñando.
Somos un solo ser, nos convoca a que estemos unidos siempre.
Cuando uno se conecta a un territorio, ahí se le brinda la existencia.
Pero la tierra también reclama cosas, un equilibrio mínimo.
Acá, en la Liberación, los animales van volviendo, el agua se va limpiando, los alimentos cogen fuerza que luego nos brindan.
Cuando uno lo mira desde el corazón, se siente.
Éste es un proceso de lucha y resistencia,
se sostiene de la sabiduría de las plantas medicinales, las palabras de las mayoras y mayores, y la orientación de los espíritus.
Son los que enseñan que uno va caminando bien, muestran que la tierra y la comida son parte de la vida.
Uno piensa en los hijos, en lo que les va a dejar.
La misma Madre Tierra le enseña a uno que la riqueza está en los nidos, está en el patio.
Y es ella la que está luchando.
Cuando se corta la caña crece el pasto, luego viene el rastrojo y después, a los 25 años, va brotando el bosque.
Poco a poco va regresando al equilibrio.
“Déjenme ser lo que soy, que yo puedo ser”, dice.
Liberarse es volver a ser animalito, montarse en el ritmo de la Madre Tierra.
Sentir una dulzura, una alegría en el corazón.
Volver a creer en la palabra, en su fuerza.
Hoy debemos seguir sintiendo la lucha la llevamos siempre en la sangre, sangre que se riega por todo un país que hoy rompe el silencio.
Ahí estamos, el pueblo con toda la fuerza como nunca y el poder acorralado como nunca.
¿Qué sigue? Un acuerdo con Duque.
Lo que sabemos por experiencia propia, durante siete años liberando la Madre Tierra, es que el gobierno nos ha tratado como estos 30 días ha tratado al paro nacional.
Y cuando nos creyó derrotados, en 2018 nos tiró un hueso: “Negociemos”.
Dijimos: “NO”.
En el año 2005 cometimos la calaverada de negociar un acuerdo con Uribe y lo firmado no se ha cumplido hasta hoy: El poder escoge un embeleco llamado Estado para mostrar un horizonte, para blablablear que los sueños se pueden alcanzar y para incumplir sistemáticamente.
¿Un acuerdo con Duque?
¿un acuerdo con el congreso?
¿un acuerdo con los tres poderes?
Una de las imágenes pintadas en las calles de Cali dice: “Sólo el pueblo salva al pueblo”.
Si algo ha mostrado este paro ha sido organización, fuerza, imaginación, creatividad.
Pueblo Pueblo.
Toque lo que toque con el Estado, ¿no será hora de pensar también en acuerdos Pueblo con Pueblo?
El Estado lleva 200 años estorbando, matando, colonizando, extinguiendo.
¿No llevan los pueblos 500 años buscándose, viviéndose, salvándose?
El sol que siempre nos ilumina, mientras no se apague, sabrá que estamos en pie defendiendo a Kwesx Uma Kiwe, nuestra Madre Tierra,
Nuestro caminar se mantiene a la ofensiva.
Sabemos que una negociación con el monstruo no detendrá la destrucción de Uma Kiwe.
Ha sido hermoso aprender y compartir experiencias.
Entre tristezas y alegrías caminamos, y ahí vamos.
Aprendemos hoy de quien lucha en las ciudades, porque es que para hablar desde el corazón no es necesario mucho, sólo actuar desde el corazón.
Nuestro ombligo es sembrado donde nosotros nacemos.
A quien nació en la ciudad el sistema de muerte lo desombligó, arrojó su ombligo al basurero o a la incineradora.
Así se trata en la ciudad a lo que a uno lo conecta con la Madre.
Pero no importa el lugar donde a uno le tocó nacer uno puede volver a ombligarse volver a conectarse,
es una elección: seguir desombligado o conectarse de nuevo con la Madre Tierra, sentir las señas, sentir su vibración defenderla y luchar por ella, dar pedradas desde muchos rincones al gran monstruo que la esclaviza.
¿Cómo vuelve uno a ombligarse?
Volver a sentir por qué es que uno está en este espacio.
Volverse a fortalecer, Volver a creer en la palabra, volver a creer en uno mismo.
Proyectarse en la vida sabrosa, Porque a eso convoca la Madre Tierra.
También son esenciales los seres que ya no están en este espacio.
Cuando Uma Kiwe nos reclama, nos recibe con un abrazo.
Ella nos vuelve a acoger en su seno, para que desde otro espacio sigamos orientando.
Allí sembradas quedan las raíces que orientan.
No hay que tener miedo, hay que empezar a sentir esa vida buena, sabrosa, descondicionada.
A pesar de los azotes, ella, nuestra Madre, no nos suelta nunca, siempre nos acoge.
Por eso debemos controlar el miedo nosotros, no dejar que el miedo nos controle.
Recoger, recordar y reconocer nuestra propia historia
La palabra de las mayoras y mayores.
Como tejer el chumbe, como volver a unir esas fuerzas.
En cada tejido, en cada puntada, está el caminar: el dxi, el Sek Dxi, el camino del sol.
Hablar con los mayores alrededor del fuego.
Esa es la fortaleza para empezar nuestra liberación desde el ombligo, desde el fuego.
Regresar a casa, eso es lo que estamos haciendo.
Regresar y ombligarse es el proceso de la liberación.
Vivir armoniosamente con todos los seres, en el sentir de las aves.
Si no soñamos, no sentimos.
Hay que dejar algo orientado para las nuevas generaciones.
Ese es el legado.
Recoger la seña y volver a casa.
Eso es.
A esto le llamamos wët wët fxi’zenxi, la felicidad, el vivir sabroso.
Acciones concretas.
En la lucha, cada lugar, cada rincón del mundo tiene sus formas.
Los seres humanos tenemos el papel más pequeñito.
Si nos conectamos a esa lucha de manera humilde, a esa lucha que está dando la Madre Tierra, eso es volver a ombligarnos.
Proceso de Liberación de la Madre Tierra
Norte del Cauca, Colombia
31 de mayo de 2021