La piedra en el zapato ya está tallando

Reflexiones de la minga de pensamiento por la liberación de la Madre Tierra

El 26 de Junio se llevó a cabo la Minga de Pensamiento por la Liberación de la Madre tierra en Corinto – Cauca. Allí compañeras y compañeros como Hugo Blanco, Sergio Palencia, Isabel Solis, Millaray Painemal y Emilio Teran nos compartieron reflexiones muy importantes para seguir fortaleciendo nuestro proceso.

Hugo Blanco

Hugo Blanco, indígena Quechua,  nos habló de la lucha que se dio en el Perú en 1962 frente a la explotación de los campesinos por parte de los hacendados y terratenientes. Estas luchas se iniciaron con huelgas que consistieron en que  las comunidades indígenas no trabajarían más para los hacendados. Frente a esta decisión llegó la represión y amenazas de la fuerza pública diciendo: “a los indios hay que matarlos como a perros”. En ese momento, la gente tuvo que defenderse y organizarse, por medio de la auto-defensa de los campesinos que se creó en asamblea.

Esta asamblea nombró al compañero Hugo Blanco para organizar la auto-defensa campesina lo que trajo para él y sus compañeros amenazas y persecución. El gobierno militar declaró que iban a aplastar al movimiento sindical campesino y aunque algunos sindicatos habían firmado acuerdos con los hacendados, la huelga se generalizó y la federación sindical campesina declaró que mientras no se cumpliera la reforma agraria no se trabajaría para los hacendados. La gente seguía trabajando la tierra pero no para un patrón, esa era en realidad ya, la reforma agraria.

A la federación el gobierno la declaró ilegal y a las asambleas que hacían los sindicatos cerca de las carreteras la policía la disolvía a culatazos, entonces los sindicatos se reunían en lugares más alejados para hacer asambleas conjuntas. Hugo Blanco y varios compañeros campesinos fueron apresados, pero a pesar de eso surgieron otros grupos de autodefensa campesinos.

El gobierno de Perú tenía su ley de reforma agraria y las autoridades de agricultura enviaron comisionados a los sindicatos con el fin de negociar y entregar tierra a los campesinos con lo que la comunidad respondió:

“acá no necesitamos la reforma agraria del gobierno, acá se hace la reforma del campesinado que dice que al hacendado no se le deja ni un pedazo de tierra ni se le paga un centavo”.

Hoy en día se está matando la naturaleza peruana. Perú ya no es colonia española, ni inglesa, ni estadounidense, es colonia de las multinacionales donde hay capitales de gringos, europeos, chinos y rusos; es contra ellos la lucha. La lucha en Perú ya no solo es por la tierra, es también por el agua debido al gran ataque que hace la minería a cielo abierto y toda la contaminación y devastación que deja a su paso. Otro enemigo para el Perú es la extracción de petróleo en la selva Amazónica, la están depredando, talándola para sacar madera, sembrar monocultivos de caña y palma aceitera. Estas grandes transnacionales tienen un mandamiento sagrado: “cómo ganar más dinero en el menor tiempo posible” en aras del cumplimiento de ese mandamiento atacan a la naturaleza y a toda la humanidad.

Tierra o muerte ¡venceremos!

Sergio Palencia:

Guatemala tiene tres zonas geográficas: La zona plana del Pacífico es muy fértil -semejante al Valle de Cauca en Colombia- donde se cultivaba caña de azúcar y algodón; la zona del altiplano llamada la Sierra Madre es donde empieza la montaña, allí es donde estaban ubicadas las fincas productoras de café, donde eran obligadas a trabajar las comunidades indígenas; finalmente encontramos las tierras selváticas en el norte.

Hay ciertos productos que han sido la base de la economía capitalista de Guatemala:

  1. El café
  2. El algodón
  3. La caña
  4. La ganadería de exportación para las hamburguesas estadounidenses
  5. Las hidroeléctricas
  6. El petróleo

La expansión de estos productos fue el origen de la guerra en Guatemala. Con los monocultivos de caña y algodón muchos campesinos son desplazados al norte de Guatemala. Se crea un proyecto militar llamado ‘La franja trasversal del norte’ que implica la exploración para la explotación de minería, petróleo e hidroeléctricas. La avanzada de la minería y las hidroeléctricas en el territorio crea un patrón similar con las masacres que se dieron en contra de las comunidades. Esto quiere decir que la guerra se desata antes del levantamiento de las guerrillas guatemaltecas. Esta era una guerra de expropiación en contra de las comunidades que vivían en estos territorios. Una de las masacres más grandes se dio en 1978 contra indígenas Maya k’iche y Maya Achi en la hidroeléctrica Chixoy. La ganadería también se empieza a expandir generando masacres y desplazamiento.

Muchas de las personas que fueron desplazadas se encontraron con las guerrillas y formaron alianzas, creando estrategias para combatir o huir del ejército. En 1981 y 1982 el ejército lanza grandes operativos de contra insurgencia y forman grupos paramilitares. Frente a toda esta agresión, para 1981 las movilizaciones de las comunidades cada vez hacen más eco en las ciudades.

Ya en 1996 se firma la paz en Guatemala, pero cuando se firman los acuerdos se plantea que el conflicto es entre el ejército y la guerrilla dejando de lado todos los procesos finqueros de comunidades indígenas.

Se hicieron dos procesos paralelos en la transición de las guerrillas a un partido político: en el primero se inyecta mucho financiamiento de ONGs o cooperación internacional, pero poco a poco se va cerrando el chorro de la ayuda económica, dentro de la estructura guerrillera solamente las altas comandancias mantuvieron empleos y el resto no. El segundo fue la creación ONGs e inyectar dinero a las organizaciones campesinas lo que creó fragmentación y división de los movimientos sociales, es decir división de las organizaciones campesinas de las bases.

La paz se firma en Guatemala en diciembre de 1996, un mes antes se firma la privatización de la energía y la ley de minería en Guatemala. Tras los acuerdos de paz se vino lo que fue el reglamento de la minería, en lugares donde antes no había inversión capitalista por el conflicto se llenó de monocultivos de palma africana, y en zonas donde la minería había sido desplazada por la guerrilla se reinstalaron los proyectos mineros.

Una batalla central es el de la memoria, qué memoria tenemos de las luchas previas a los acuerdos de paz. El gobierno va a buscar imponer a través de ONG, organizaciones e incluso desde las universidades un tipo de memoria a través de la reconciliación, una reconciliación abstracta; pero las verdaderas raíces que escalaron el conflicto no se tiene en cuenta. Por eso la lucha de la memoria es una lucha que tienen que dar las comunidades y el proceso de la Liberación de la Madre Tierra por fuera de las instituciones.

Isabel Solís:

El Paisaje de Corinto es muy parecido al Polochic.

Después de que se firma la paz de Guatemala hubo un aspecto que preocupó a las comunidades y fue el hecho de que los acuerdos no tocaban el tema de tierra y territorio para los pueblos indígenas, al contrario, el acuerdo ponía al territorio como una mercancía, la tierra vía mercado, es decir, el que tiene cómo, puede comparar tierra y el que no, pues no. Nunca se habló de recuperar tierras y mucho menos de la liberación de ésta.

Esa preocupación llevó a los pueblos Indígenas de Guatemala a reflexionar, a hacer asambleas comunitarias, a regresar a la memoria y a la historia. Bueno, como los acuerdos no hablaban de la tierra de los pueblos indígenas, la gente se puso a la tarea. El gobierno nunca les iba a decir acá está su tierra, mucho menos los acuerdos. Tocó empezar a recuperar.

 

El proceso de Guatemala = Colombia

Por esos días en Guatemala y hoy en día también en Colombia toda comunidad, proceso o grupo que hiciera una movilización, protesta, manifestación o recuperación estaba en contra de la paz. Eso quería decir que como comunidades se convirtieron en enemigos del Estado y de los cabecillas de la  guerrilla. Pero como comunidades guatemaltecas nunca estuvieron en contra de la paz, lo que sí es cierto es que no se puede construir paz encima de muertos, violencia, desplazamiento, despojo y mucho menos olvidando la memoria.

Las comunidades Maya k’iche empezaron el proceso de recuperación de tierra en el norte de Guatemala. Surgieron  grandes preguntas dentro de las comunidades: ¿De quién eran estas grandes tierras? ¿Qué había en estas tierras antes de convertirse en grandes monocultivos de café y caña de azúcar?  Allí entró en juego el conocimiento de las abuelas y abuelos quienes contaron a las nuevas generaciones sus historias y las bondades que brindaba aquel territorio.

Así empezó la ocupación de las fincas o haciendas como lo llamamos en el proceso de liberación, y se vino lo que se conoció como la oleada de las ocupaciones en el año 2000 donde otras comunidades indígenas también iniciaron el proceso de recuperación.

El gobierno intentó desalojar muchas veces a las comunidades, ahí entró en juego la malicia y el conocimiento de la comunidad para contrarrestar las arremetidas.

La comunidad hubiera tenido más fuerza organizativa para recuperar esos territorios si no les hubieran metido la paz en la cabeza, no a todos los indígenas pero sí a las organizaciones campesinas y sindicales. Y como todo era paz, entonces no había que hacer nada, movilizarse por nada o dedicarse a los proyecticos de gallinas, hortalizas, cerdos etc. O la proyectitis como la llaman acá y había que olvidarse de la tierra.

Cuando llegaron las multinacionales o empresas a despojar a las comunidades de sus tierras, las organizaciones estaban muy ocupadas en sus agendas, impuestas desde la cooperación internacional o desde el estado. Estas agendas consistían en prestar ayudas a la comunidad, llegaron  al territorio pequeños proyectos productivos de granja y especies menores, esto desviaba la atención de la verdadera lucha por la tierra; también a algunos líderes le hicieron creer que elaborar proyectos de ley en educación, salud, cultura, etc. generaría cambios significativos, pero estos esfuerzos sólo quedaron en propuestas archivadas y en incumplimientos del gobierno. Fueron muy pocas las conquistas legales y las pocas que se lograron no consiguieron nada significativo pues la realidad siguió igual.

Una estrategia que funcionó en las ocupaciones de las fincas fue la del liderazgo colectivo, así nadie era líder y no había una representación, cuando llegaba la represión todos éramos líderes. Esa fue una forma de defender la comunidad. Allí también la mujer jugó un papel fundamental pues eran mujeres y hombres quienes tomaban las decisiones.

Al final la comunidad recuperó la tierra, ya no se ve como en Corinto –puro monocultivo de caña- ahora la gente ya tiene su casa, su instituto, su escuela como un pequeño pueblo. El Estado nunca hubiera dado las necesidades que tenía la gente y mucho menos la paz, esto se logró porque la gente se organizó. Claro que el proceso aún continúa porque las multinacionales siguen entrando y la invasión no ha cesado.

Proceso de Liberación de la Madre tierra:

El proceso de Paz en Guatemala es muy similar al proceso que se viene llevando a cabo en Colombia. Empezando porque hay algo claro en estos acuerdos y es que el modelo económico capitalista no se toca, mucho menos van hablar de liberación o recuperación de tierras.

A punta de fuerza, resistencia y voluntad como comunidad, como pueblo Nasa, hemos decidido volver y liberar estas tierras ancestrales, ocupadas por lugartenientes que están entrelazados con el aparato económico a nivel mundial.  Es cierto que nuestras acciones se han convertido en una piedra en el zapato y como decía un mayor “esa piedra ya está tallando y harto” al gobierno, la agroindustria e instituciones sociales que le siguen el juego al Estado con el proceso de paz. Si no fuera así no se fumigaría con avionetas y glifosato los cultivos de comida en tierras liberadas, no se harían arremetidas con miles de unidades de ESMAD, policía, carabineros y ejército para dañar unos cultivos de maíz, frijol, plátano, zapallo o tumbar unos cambuches que al otro día la gente vuelve y levanta; no habría tantos muertos y heridos por liberar la tierra.

Mientras tanto los gobernantes de turno del Cauca y Valle del Cauca siguen planteando, según ellos, planes de seguridad para afrontar las problemáticas de orden público. El senador Álvaro Uribe  plantea que no se amplíen los resguardos indígenas y el precandidato del partido centro democrático, Rafael Nieto, dice que las comunidades indígenas son terratenientes.

La piedrita sigue tallando, las grandes multinacionales la sienten, les incomoda, les daña el caminado.

Por eso el proceso de Liberación de la Madre Tierra tiene memoria, no olvidamos a los compañeros caídos que van guiando el camino. Retomamos la palabra de los mayores con los puntos de la plataforma de lucha del CRIC. Seguimos diciendo que no vamos a recibir proyectos o cosas distintas a la tierra que ahora liberamos. Decimos que no hay afán pues el camino es largo. Que no hay voceros externos, somos los liberadores y liberadoras quienes estamos sembrando comida y cortando caña nuestros propios voceros y voceras, que si algún día a los que le talla la piedra se quieren sentar a dialogar tiene que ser en los territorios en proceso de liberación. Que estamos apoyados por nuestro cabildos y no buscamos la institucionalización. Sabemos que el Proceso de Liberación de la Madre Tierra no solo está en el Cauca-Colombia sino que se da en todo el mundo con cada persona o pueblo que lucha en contra del sistema capitalista por liberarnos y ver a UMA KIWE libre, y que día a día crece y crece, como la buena semilla.

Proceso de liberación de la Madre Tierra

Pueblo nasa, norte del Cauca, Colombia

6 de Septiembre de 2017.