Alertamos para prevenir una masacre contra el Proceso de liberación de la Madre Tierra

Una vez más el estado colombiano se deja convocar por la empresa privada para armar planes entre secuaces contra un proceso que defiende la vida.

Hace poco, el 2 de febrero, la presidenta de Asocaña, el gremio cañero más poderoso de Colombia, reunió al director de la dijin y al fiscal Barbosa y su equipo de fiscalías en Popayán para regañarlos y darles órdenes de actuar contra el proceso de liberación de la Madre Tierra del norte del Cauca, y en general contra las “invasiones” como le llama el poder a la lucha por la tierra. Después de la reunión salieron a dar la cara y a anunciar estrategias de una ofensiva contra “esta actividad criminal que está afectando principalmente al gremio productivo de la caña”, dijo el general Murillo, de la dijin, al anunciar que ya hay un “grupo especial de investigadores” trabajándole al asunto.

Siempre que los regaña el poder actúan con celeridad. Desde la misma semana del anuncio hay acciones militares, ‘periodísticas’, judiciales y montajes contra la liberación de la Madre Tierra:

– El 4 de febrero se reunieron en la zona plana de Caloto el comandante de la policía Caloto, terratenientes del municipio, Procuraduría, Fiscalía, Ejército, Dijin para tomar acciones contra la liberación de la Madre Tierra; también hubo participación de miembros del partido conservador.

– El 9 de febrero un grupo armado lanza un explosivo y abandona un carro bomba en la carretera frente a La Emperatriz, cerca de donde está el punto de liberación de la Madre Tierra.

– El 9 de febrero los trabajadores de los ingenios azucareros marchan en Corinto para exigir el derecho al trabajo, que según ellos está en riesgo por la “invasión de tierras”. Se observa que las pancartas no son hechas a mano sino en plóter.

– El 10 de febrero conocemos que Fedegán anuncia acciones para capturar vacas en las fincas en proceso de liberación. Ya en una audiencia virtual convocada por la senadora Paloma Valencia, el gobierno había anunciado compromisos relacionados con ese tema.

– El 11 de febrero el ingenio la Cabaña presenta una demanda contra “personas indeterminadas” por “perturbación a la posesión y daño en bien ajeno”.

– El 14 de febrero un grupo armado explota una motobomba cerca de la estación policía en Caloto.

– El 15 de febrero hombres encapuchados entran en la hacienda El Oasis, cerca de un punto de liberación, a robar y amenazar. La agroindustria cañera culpa a nuestro proceso de esos hechos.

– El 18 de febrero la revista Semana publica un reportaje y un video de Salud Hernández; la periodista es conocida por sus posiciones de derecha; el contenido de las publicaciones es afín a los intereses de Asocaña. Tanto en la nota escrita como en el video, hay imágenes tomadas por el ejército que está acantonado en la hacienda Canaima que, según es fácil deducir, fueron suministrados a Hernández para que construyera su trabajo “periodístico”.

– El 23 de febrero trabajadores corteros de caña marchan en Miranda para exigir el derecho al trabajo, que según ellos está en riesgo por la “invasión de tierras”. Se observa que las pancartas no son hechas a mano sino en plóter; el periódico El Tiempo reportó el hecho.

– El 9 de marzo llegan a la finca La Margarita, en proceso de liberación, la policía y el ejército a amedrentar a la comunidad.

– El 9 de marzo entran tres carros polarizados a la finca Canaima, en proceso de liberación. Desde los primeros días de marzo hay abundante presencia de la policía en la casa de esa finca, la cual desde hace meses está siendo usada por el ejército como base militar.

– Las fincas alrededor de Caloto, hacia la zona de las torres, están militarizadas. En el trayecto entre Caloto y El Palo hay movimiento de motos y carros desconocidos y movimiento permanente del ejército. En la última semana, entre las 9pm y 1am, rondan personas extrañas en la finca Pílamo 3, en proceso de liberación.

– En tiempos más recientes, en el concejo municipal de Caloto, algunos hacendados han amenazado con actuar por su propia mano contra liberadores y liberadoras si el Estado no da resultados. No son palabras menores si tenemos en cuenta que la amenaza viene de una persona implicada en la masacre de El Nilo de 1991. Hace pocos días, los dueños de las haciendas Chimán y Llanito, en proceso de liberación, han manifestado que planean contratar gente armada para actuar “ya que el estado colombiano no ha hecho nada”.

– En los últimos 15 días los ingenios azucareros han estado enviando trabajadores en buses a hacer presencia en terrenos de los puntos de liberación. Estos trabajadores se visten como corteros pero no lo son, en realidad son investigadores policiales disfrazados.

Todo lo anterior sigue evidenciando una coordinación entre distintos actores contra el proceso de liberación de la Madre Tierra, coordinación que ahora se ve como activación y aceleración.

Lo de ahora tiene raíces. En abril de 2020, en plena cuarentena de pandemia, se reunieron virtualmente los gremios cañeros con los tres poderes del estado colombiano. En esa ocasión los cañeros exigen del Estado acciones concretas y urgentes contra las “invasiones de tierras”.

En adelante, cómo ya lo hemos denunciado, se vino una andanada de ataques coordinados y escalonados contra nuestro proceso que combinan la vía (para) militar, la judicialización, el ofrecimiento de proyectos desarrollistas e informes periodísticos afines al gremio cañero. La primera acción de su plan fue la masacre de 18 vacas en la hacienda Canaima el 25 de abril de 2020, solo días después de la mencionada reunión virtual. El reportaje de la derechista Salud Hernández como enviada especial de la revista Semana a la zona no es más que una pieza de sus coordinados ataques.

El plan se ha ido ejecutando y ahora lo amplían a generar un conflicto interétnico. Comunidades afro de la región se muestran contrarias, cuando meses atrás nos manifestaban su respeto por nuestro proceso. En el último mes, varias personas han salido a reclamar, sin documentos, derechos de posesión en predios cañeros, lo que muestra que la agroindustria de la caña está usando la estrategia de prometer entregar esas tierras a futuro a quienes hoy se presenten como dueñas de esos predios sin serlo. No les van a cumplir esas promesas, solo hacen parte de su plan general en marcha.

El anuncio del general Murillo de la dijin es una advertencia de que vienen acciones judiciales, montajes y asesinatos contra nuestro proceso. Más que un anuncio de prensa se trata de una amenaza directa contra el proceso de liberación de la Madre Tierra.

Alertamos que se está fraguando una masacre contra nuestro proceso. Hacemos responsables a Asocaña, Procaña, los ingenios y terratenientes cañeros por lo que nos pueda pasar a liberadores y liberadoras.

Ante esta situación, no renunciamos a nuestra lucha histórica de recuperar la Madre Tierra, que ha cumplido 7 años en la última etapa, 17 años desde la entrada en La Emperatriz, 51 años con el CRIC, 112 años con Quintín Lame, 320 años con Juan Tama, 484 años con La Gaitana. Asocaña y Procaña están hilando todos sus hilos demasiado fino porque saben que nuestro proceso es histórico.

Finalmente, nos unimos al clamor de los corteros de caña por un trabajo digno, el cual no es vulnerado por nuestro proceso sino por las precarias condiciones que impone el gremio azucarero: la agroindustria cañera es el enemigo. Si recuperamos todas las tierras del valle geográfico del río Cauca hay tierra para que vivamos nasas, afros y campesinos. Como dice la canción que está próxima a salir:

“sin patroncitos, sin ataduras: liberación
podríamos vivir la autonomía
los tres en una nueva relación
nasas, afros, campesinos
y cada quien con su parcela”.

Proceso de liberación de la Madre Tierra
Norte del Cauca, Colombia.

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